Durante las exhumaciones de las víctimas de la masacre de Bojayá, realizadas en 2017, surgió una dificultad con un equipo de periodistas que desconocían el «Protocolo para el manejo de comunicaciones en el marco de los acuerdos del proceso de paz para Bojayá» (11 de mayo de 2017) planteado por el Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá y la Asamblea de Familiares de Bojayá sobre la presencia de cámaras y periodistas. Las periodistas defendían el derecho a la libertad de prensa y las personas bojayaseñas su derecho a la intimidad y autonomía política, administrativa y territorial, exigiendo principalmente que no se tomaran fotografías del momento de exhumación ni de los restos exhumados de sus familiares ni de las escenas desgarradoras de dolor de los familiares, pues esto podía sumarse a la larga cadena de trato indigno que la comunidad ya había sufrido. Esta situación genera un debate entre personas muy diversas –académicos, periodistas, organizaciones de víctimas– sobre el lugar de enunciación, la verdad, los derechos de las víctimas a la intimidad de sus duelos y la libertad de prensa. Pero sobre todo desata reflexiones internas sobre cómo la misma comunidad quiere contar lo que está viviendo.
Temas como la autonomía y el reconocimiento del derecho a la autodeterminación como pueblo negro e indígena empiezan a conectarse con esa necesidad de contar desde adentro, hacer visible las propias verdades y conocimientos. Si existe un importante intercambio en conocimientos de la mortuoria Momento y conjunto de rituales practicados en el momento de la muerte. con profesionales forenses, científicos y personas sabedoras –así como se da a través del equipo de cuidadores locales El equipo de cuidadores desarrolla labores antes y durante las exhumaciones, durante el proceso de identificación y planeación del entierro, en explicaciones técnico-científicas, en el velorio y el entierro de las víctimas de la masacre de Bojayá. con los psicólogos para el acompañamiento psicosocial–, es también necesario construir estrategias que fortalezcan la formación de los jóvenes y personas de la comunidad en temas como comunicación y periodismo. Por esto, contar desde adentro significa también una oportunidad «para formarnos». Eso es lo que hace el equipo de comunicaciones, jóvenes del Comité, conformado por María Ángela Palma Moreno, Jhon Fredy Pinilla Palacios, Boris Velásquez Vásquez, Jhon Fredis Velásquez Mosquera, que documentan todo el proceso en campo con videos, audios, fotografías, entrevistas, y junto con el resto de integrantes del Comité consolidan informes, balances y archivos documentales. Este trabajo de documentación y registro sistemático tiene como resultado un archivo propio que es una fuente de memoria del proceso y una evidencia de las diferentes diligencias y procedimientos realizados. Es decir, contar desde adentro significa no solo una urgencia por construir una narrativa propia y reivindicarla, sino también un trabajo por custodiar y cuidar la información.
La importancia de contar desde adentro se reafirma en las mismas interacciones que los integrantes del Comité han tenido a lo largo de los tres años del proceso de exhumación, identificación y entierro. Ejemplos como el titular «El niño de Bojayá al que ningún familiar lloró» (Monroy, 29 de noviembre de 2019) reafirman, en la perspectiva de las personas bojayaseñas, la necesidad de narrar desde las voces locales, pues, como dice Yúber Palacios Córdoba, líder e integrante del Comité, «Mientras que la prensa vio un niño que nadie lloró, nosotros lo recibimos como un miembro de la comunidad», a lo que agrega:
Leí un artículo sobre el niño de cuatro a ocho años sin identificar donde se decía que nadie lo había llorado. Eso es catastrófico, son historias que se cuentan que no son verdad. Nosotros siempre hemos dicho que somos una misma familia en Bojayá, y Bojayá lloró a todos sus muertos, tanto los identificados y no identificados, los desaparecidos, entonces creemos que es irrespetuoso como se cuentan ciertas cosas. La idea es seguir avanzando para encontrar su familia biológica, pero ya tiene una familia que es la bojayaseña.
- Yúber Palacios -
Con este llamado «no se trata de subvalorar el trabajo de los medios, sino de ir más allá. Formar a la gente local para hacerlo con calidad y aportar nuevas visiones», reconoce José de la Cruz Valencia, que recuerda una situación durante el velorio de todos los muertos que refleja bien esas miradas y perspectivas diferenciadas
Hubo un comentario cuando estábamos en el auditorio recién habíamos ubicado los cuerpos. Él dijo que había quedado muy hermoso como habíamos “adornado” los cuerpos. Y yo le dije “no, yo veo más allá. Yo veo la magnitud del daño que se ha causado, de una tragedia que rompe una comunidad, que finalmente no hay cómo reparar el daño que se causó aquí”. Él se quedó callado y yo me retiré.
¿Qué significa contar desde adentro?
«Significa sentir lo que estás diciendo». De esta manera los integrantes del Comité planteamos la necesidad de encontrar narrativas propias para documentar, sistematizar y divulgar lo que vivimos en el proceso de exhumación. Esto no significa que quien cuenta solo puede ser quien es de la comunidad; ese contar desde adentro implica también un diálogo con quienes apoyan, acompañan y han experimentado lo que este proceso ha sido para el pueblo bojayaseño. Por lo tanto, cuando decimos que contamos desde adentro hablamos de analizar lo que se ha vivido y lo compartimos en colectivo como una forma de guiar el camino, pero también aprender de lo realizado.
Sintetizamos aquí cuatro elementos que guían el proceso de documentación como un proceso del cual no solo somos líderes y testigos sino también investigadores, comunicadores y documentadores.
- Tener presente el contexto: situarnos en el lugar y contexto donde sucede lo que contamos y analizamos. Dialogar con las personas, organizaciones e instituciones involucradas pues una misma situación y contexto siempre implica diversas vivencias y perspectivas.
- Preguntarnos por el sentir: sentir permite conocer lo que se vive, nos permite entender los sentidos que están en juego, acercarnos a los modos como lo vive quien está involucrado en la experiencia desde diferentes roles.
- Atender a las visiones comunitarias: el objetivo final de contar desde adentro es incorporar «nuestro entender como pueblo bojayaseño». Aquí este entender está hecho de muchas voces: personas sabedoras, Comité, líderes, lideresas, familiares, pueblo.
- Tener en cuenta para quién hablamos: en el proceso aprendimos mucho, nuevas palabras y términos entran a hacer parte de nuestro vocabulario. Compartir estos aprendizajes siempre nos exige reconocer para quién hablamos desde la apuesta por tender puentes entre diversos públicos y recopilar lo que aquí aprendimos para compartir con otras comunidades en el país.
- Contar desde adentro es también entonces un ejercicio de autonomía. -