Los muertos de Bojayá son nuestros muertos

EXHUMAR, IDENTIFICAR, ENTERRAR Y ACOMPAÑAR EN BOJAYÁ, CHOCÓ

Los muertos de Bojayá son nuestros muertos

EXHUMAR, IDENTIFICAR, ENTERRAR Y ACOMPAÑAR EN BOJAYÁ, CHOCÓ

» Contar desde adentro:
propósito y perspectiva de la sistematización
» Un recorrido desde la masacre
hasta el entierro final
Líneas del tiempo: antecedentes del proceso y de la exhumación
» Sentidos de la muerte

» Estrategias: ¿Cómo se hizo?

Características del proceso Guías, lideres y acompañantes

» Los momentos del proceso

Exhumar Identificar Enterrar Acompañar Rencuentros reparadores
» Sentidos del proceso y aprendizajes

Los muertos de Bojayá son nuestros muertos

EXHUMAR, IDENTIFICAR, ENTERRAR Y ACOMPAÑAR EN BOJAYÁ, CHOCÓ

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Contar desde adentro:


propósito y perspectiva de la sistematización




¿Por qué documentar desde una perspectiva comunitaria y en diálogo con acompañantes? La principal preocupación del Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá sobre cómo contar y documentar el proceso de exhumación, identificación, entierro y acompañamiento nace de la constante demanda de entrevistas y declaraciones a los líderes, lideresas y familiares por parte de periodistas, académicos e instituciones nacionales e internacionales que desean divulgar ese momento histórico.

Bojayá, como dicen los integrantes del Comité, ha sido narrado desde muchas voces; pero más que un problema de voces, que han sido plurales y han incluido líderes y lideresas reconocidos de la región, el problema es que algo hacía falta incluir en los relatos sobre Bojayá: una perspectiva donde las personas bojayaseñas no fueran solo informantes o sujetos del reportaje. Es ahí que empezamos a reflexionar sobre cómo contar desde adentro y la necesidad de relacionar el afecto, las experiencias y las palabras.



Somos los que lo estamos viviendo. Los que lo viven deben expresarlo. Muchos llegan y cogen por encima. Pero no lo dicen como quien lo vivió […] No es lo mismo contar lo que se ve, que lo que se siente y se experimenta desde el propio cuerpo y la propia historia.

José de la Cruz Valencia, líder e integrante del Comité


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Durante las exhumaciones de las víctimas de la masacre de Bojayá, realizadas en 2017, surgió una dificultad con un equipo de periodistas que desconocían el «Protocolo para el manejo de comunicaciones en el marco de los acuerdos del proceso de paz para Bojayá» (11 de mayo de 2017) planteado por el Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá y la Asamblea de Familiares de Bojayá sobre la presencia de cámaras y periodistas. Las periodistas defendían el derecho a la libertad de prensa y las personas bojayaseñas su derecho a la intimidad y autonomía política, administrativa y territorial, exigiendo principalmente que no se tomaran fotografías del momento de exhumación ni de los restos exhumados de sus familiares ni de las escenas desgarradoras de dolor de los familiares, pues esto podía sumarse a la larga cadena de trato indigno que la comunidad ya había sufrido. Esta situación genera un debate entre personas muy diversas –académicos, periodistas, organizaciones de víctimas– sobre el lugar de enunciación, la verdad, los derechos de las víctimas a la intimidad de sus duelos y la libertad de prensa. Pero sobre todo desata reflexiones internas sobre cómo la misma comunidad quiere contar lo que está viviendo.

Temas como la autonomía y el reconocimiento del derecho a la autodeterminación como pueblo negro e indígena empiezan a conectarse con esa necesidad de contar desde adentro, hacer visible las propias verdades y conocimientos. Si existe un importante intercambio en conocimientos de la mortuoria Momento y conjunto de rituales practicados en el momento de la muerte. con profesionales forenses, científicos y personas sabedoras –así como se da a través del equipo de cuidadores locales El equipo de cuidadores desarrolla labores antes y durante las exhumaciones, durante el proceso de identificación y planeación del entierro, en explicaciones técnico-científicas, en el velorio y el entierro de las víctimas de la masacre de Bojayá. con los psicólogos para el acompañamiento psicosocial–, es también necesario construir estrategias que fortalezcan la formación de los jóvenes y personas de la comunidad en temas como comunicación y periodismo. Por esto, contar desde adentro significa también una oportunidad «para formarnos». Eso es lo que hace el equipo de comunicaciones, jóvenes del Comité, conformado por María Ángela Palma Moreno, Jhon Fredy Pinilla Palacios, Boris Velásquez Vásquez, Jhon Fredis Velásquez Mosquera, que documentan todo el proceso en campo con videos, audios, fotografías, entrevistas, y junto con el resto de integrantes del Comité consolidan informes, balances y archivos documentales. Este trabajo de documentación y registro sistemático tiene como resultado un archivo propio que es una fuente de memoria del proceso y una evidencia de las diferentes diligencias y procedimientos realizados. Es decir, contar desde adentro significa no solo una urgencia por construir una narrativa propia y reivindicarla, sino también un trabajo por custodiar y cuidar la información.

La importancia de contar desde adentro se reafirma en las mismas interacciones que los integrantes del Comité han tenido a lo largo de los tres años del proceso de exhumación, identificación y entierro. Ejemplos como el titular «El niño de Bojayá al que ningún familiar lloró» (Monroy, 29 de noviembre de 2019) reafirman, en la perspectiva de las personas bojayaseñas, la necesidad de narrar desde las voces locales, pues, como dice Yúber Palacios Córdoba, líder e integrante del Comité, «Mientras que la prensa vio un niño que nadie lloró, nosotros lo recibimos como un miembro de la comunidad», a lo que agrega:

Leí un artículo sobre el niño de cuatro a ocho años sin identificar donde se decía que nadie lo había llorado. Eso es catastrófico, son historias que se cuentan que no son verdad. Nosotros siempre hemos dicho que somos una misma familia en Bojayá, y Bojayá lloró a todos sus muertos, tanto los identificados y no identificados, los desaparecidos, entonces creemos que es irrespetuoso como se cuentan ciertas cosas. La idea es seguir avanzando para encontrar su familia biológica, pero ya tiene una familia que es la bojayaseña.

- Yúber Palacios -


Con este llamado «no se trata de subvalorar el trabajo de los medios, sino de ir más allá. Formar a la gente local para hacerlo con calidad y aportar nuevas visiones», reconoce José de la Cruz Valencia, que recuerda una situación durante el velorio de todos los muertos que refleja bien esas miradas y perspectivas diferenciadas


Hubo un comentario cuando estábamos en el auditorio recién habíamos ubicado los cuerpos. Él dijo que había quedado muy hermoso como habíamos “adornado” los cuerpos. Y yo le dije “no, yo veo más allá. Yo veo la magnitud del daño que se ha causado, de una tragedia que rompe una comunidad, que finalmente no hay cómo reparar el daño que se causó aquí”. Él se quedó callado y yo me retiré.


¿Qué significa contar desde adentro?

«Significa sentir lo que estás diciendo». De esta manera los integrantes del Comité planteamos la necesidad de encontrar narrativas propias para documentar, sistematizar y divulgar lo que vivimos en el proceso de exhumación. Esto no significa que quien cuenta solo puede ser quien es de la comunidad; ese contar desde adentro implica también un diálogo con quienes apoyan, acompañan y han experimentado lo que este proceso ha sido para el pueblo bojayaseño. Por lo tanto, cuando decimos que contamos desde adentro hablamos de analizar lo que se ha vivido y lo compartimos en colectivo como una forma de guiar el camino, pero también aprender de lo realizado.

Sintetizamos aquí cuatro elementos que guían el proceso de documentación como un proceso del cual no solo somos líderes y testigos sino también investigadores, comunicadores y documentadores.

  • Tener presente el contexto: situarnos en el lugar y contexto donde sucede lo que contamos y analizamos. Dialogar con las personas, organizaciones e instituciones involucradas pues una misma situación y contexto siempre implica diversas vivencias y perspectivas.
  • Preguntarnos por el sentir: sentir permite conocer lo que se vive, nos permite entender los sentidos que están en juego, acercarnos a los modos como lo vive quien está involucrado en la experiencia desde diferentes roles.
  • Atender a las visiones comunitarias: el objetivo final de contar desde adentro es incorporar «nuestro entender como pueblo bojayaseño». Aquí este entender está hecho de muchas voces: personas sabedoras, Comité, líderes, lideresas, familiares, pueblo.
  • Tener en cuenta para quién hablamos: en el proceso aprendimos mucho, nuevas palabras y términos entran a hacer parte de nuestro vocabulario. Compartir estos aprendizajes siempre nos exige reconocer para quién hablamos desde la apuesta por tender puentes entre diversos públicos y recopilar lo que aquí aprendimos para compartir con otras comunidades en el país.


- Contar desde adentro es también entonces un ejercicio de autonomía. -



PROCESO Y METODOLOGÍA PARA LA
INVESTIGACIÓN Y LA SISTEMATIZACIÓN

─


Este aparte describe el proceso y estrategia metodológica de la investigación y sistematización del proceso de exhumación, identificación y entierro de las víctimas de la masacre de Bojayá y hechos asociados.

La investigación para la sistematización es liderada por el Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá, en particular José de la Cruz Valencia, en colaboración con Pilar Riaño-Alcalá (Universidad de la Columbia Británica), Natalia Quiceno Toro (Universidad de Antioquia) y Camila Orjuela Villanueva (investigadora independiente); Jhon Fredis Velásquez, Yúber Palacios, Delis Palacios y María Ángela Palma (integrantes del Comité) participan también activamente en sesiones de organización, codificación y análisis de la información.

En este proceso participa la investigadora Celia del Pilar Páez Cano del Centro Nacional de Memoria Histórica.

La investigación, documentación y sistematización tienen los siguientes propósitos:

  • Preservar la información, registro y evidencia –imágenes, documentos, grabaciones– de cada etapa y componente del proceso de exhumación, identificación y entierro.

  • Crear un archivo y una memoria viva del proceso que permita contar desde la perspectiva local y las voces de quienes sufren la experiencia de la violencia en el Medio Atrato cuáles son los aprendizajes, logros, dificultades y aportes a la memoria histórica, la dignificación de las víctimas, la verdad y la justicia.

  • Sistematizar el proceso para transmitir el conocimiento y recomendaciones a otras comunidades y pueblos en situaciones similares y a profesionales forenses, instituciones y organizaciones responsables de temas de memoria, verdad, búsqueda de personas desaparecidas, y a la academia, instituciones gubernamentales y comunidad internacional.

  • Mejorar el conocimiento y los procedimientos científicos para la exhumación, identificación y entierro mediante la incorporación de conocimientos locales y ancestrales sobre la vida, la muerte y las prácticas y rituales mortuorios.

El trabajo estuvo guiado por las siguientes preguntas de investigación:

  • ¿Qué sucede cuando los rituales mortuorios de la comunidad se entrecruzan con procedimientos forenses?
  • ¿Cómo puede el proceso de exhumación, identificación y entierro después de la violencia masiva facilitar un proceso de tramitación del duelo, sanación, conmemoración y reparación social?
  • ¿Cuáles son los impactos del proceso sobre los estándares y protocolos nacionales e internacionales para exhumaciones, identificaciones y entierros?

Para avanzar en estas metas, el Comité y Pilar Riaño elaboran una propuesta de investigación y la presentan a una convocatoria de proyectos de la Universidad de la Columbia Británica en Canadá. El proyecto es seleccionado y financiado por un total de tres años. De esta manera, inicia un proceso colectivo de planificación, capacitación e investigación que incluye a la totalidad de integrantes del Comité, a Pilar Riaño, profesora y antropóloga de la Universidad de la Columbia Británica; Natalia Quiceno, profesora y antropóloga de la Universidad de Antioquia, y Camila Orjuela, trabajadora social, antropóloga e investigadora independiente.

Para alcanzar las metas del proyecto de documentación y sistematización se elabora una estrategia metodológica de carácter cualitativo y participativo que consiste en recopilar información sobre los sentidos del proceso y las lecciones aprendidas mediante grupos focales y entrevistas a personas, grupos e instituciones que cumplen un papel relevante en el proceso: integrantes del Comité, personas sabedoras, familiares, funcionarios/as de las diferentes instituciones que participan en el proceso, religiosos/as y acompañantes.

La perspectiva metodológica acordada reconoce y se construye desde el conocimiento local y por ello un componente crítico en el proceso es el de capacitar a los integrantes del Comité en la documentación etnográfica mediante video y grabaciones –capacitación realizada por Germán Arango de la corporación Pasolini en Medellín–, en el diseño e implementación de métodos de investigación cualitativa –grupos focales y entrevistas– y en la codificación y análisis de la información recopilada –capacitación realizada por Pilar Riaño y Natalia Quiceno–. El equipo de comunicaciones del Comité, tras recibir la capacitación audiovisual y de sonido, asume el papel de ser el documentalista de cada paso del proceso. El conjunto del Comité participa en una sesión de capacitación sobre cómo conducir grupos focales y entrevistas y el diseño de los pasos metodológicos a seguir.


Cada grupo focal y entrevista son facilitados por integrantes del Comité y una de las investigadoras. En total se conducen siete grupos focales y quince entrevistas en Bellavista, Quibdó, Medellín y Bogotá. Las preguntas guía son:

  • ¿Cuál fue su papel durante el proceso de exhumación? ¿qué hizo?
  • ¿Qué aprendiste?
  • ¿Cuáles fueron los logros de este proceso?
  • ¿Cuáles fueron las dificultades?
  • ¿Cuál es el significado de este proceso para ti, para el Comité o la familia?

Grupo focal con integrantes del Comité, ciénaga de Bojayá. Diciembre de 2017.
Foto: Celia del Pilar Paéz.

Igualmente se elaboran diarios de campo, se transcriben las grabaciones de las reuniones de la Asamblea de Familiares de Bojayá que son críticas en el proceso y se realizan seis sesiones de reflexión y de compartir observaciones sobre los procesos de exhumación y de entierro final. Con el apoyo de dos estudiantes –Maria Angélica Guerrero de la Universidad de la Columbia Británica y Adriana Villamizar de la Universidad de Antioquia– se hace una revisión de la documentación y la bibliografía existentes sobre procesos de exhumación, la cual incluye libros, artículos, videos, fotografías, grabaciones, cartillas y documentos –nacionales e internacionales–. El propósito es tener un panorama claro de cuáles son las discusiones en este campo y las perspectivas desde las que se emprenden procesos de exhumación, cómo y bajo qué principios se define la participación comunitaria y qué se ha dicho y concluido sobre las interacciones entre profesionales forenses y las personas que preservan el conocimiento local y ancestral.

Una tarea adicional es la de clasificar y analizar el material de video y grabación del proceso que realiza el Comité y también el material que el documentalista Jesús Durán les entrega. Los documentos acumulados a lo largo del proceso que incluyen las negociaciones, intercambios, oficios, actas, derechos de petición, comunicados, archivo de prensa e informes de diversas organizaciones son también organizados y clasificados en un archivo digital para su lectura y análisis. Jhon Fredis Velásquez, integrante del Comité, recibe capacitación en la organización y mantenimiento de archivos y adelanta la ordenación y codificación de 3538 videos grabados durante las exhumaciones y posteriormente los grabados durante el entierro final. El propósito de hacer este ejercicio riguroso de organización de la documentación es también el de crear y mantener un archivo histórico del proceso y que este esté en manos de la comunidad.


Una vez que se hacen las transcripciones de los grupos focales, entrevistas y encuentros de la Asamblea de Familiares de Bojayá se inician las jornadas de organización y análisis de la información y de revisión de los escritos. Cada una de estas jornadas tiene una dinámica participativa y colectiva, es decir, en la que los integrantes del Comité y las académicas participan, trabajan y aportan. En total se realizan seis jornadas de análisis que duran entre uno y dos días y en las que colectivamente se va organizando, codificando y analizando el material. El diálogo, la revisión cuidadosa del material y el análisis riguroso permiten la elaboración de los temas y argumentos centrales y la formulación de unas respuestas a las preguntas de investigación. Paralelo a este proceso se va trabajando en un esquema para la escritura del informe.


Jhon Fredis Velásquez Mosquera durante la sesión de análisis de información en la Universidad de Antioquia, Medellín. 2017. Foto: Pilar Riaño.

Adicional a estas jornadas colectivas de análisis, se realizan jornadas de lectura de los textos y de comentarios. Los textos van corrigiéndose de acuerdo a los comentarios. Esta labor de escritura la desarrollan dos integrantes del Comité: José de la Cruz Valencia y Yúber Palacios, y las tres investigadoras. Paralelo al texto escrito se trabaja en el diseño de una página web que busca hacer más accesibles y presentar los resultados de este trabajo investigativo y de documentación para divulgar los aprendizajes.

Cuando ya se tiene un borrador completo del informe, se organiza una sesión de consulta, comentarios, evaluación y aprobación por parte de los integrantes del Comité y de las personas sabedoras de los documentos elaborados. Los documentos se corrigen de acuerdo a estos comentarios y la edición final se realiza con base en las recomendaciones y acuerdos que se hacen durante esta reunión.

Portfolio Item
Reunión en Bellavista con integrantes del Comité y personas sabedoras para la discusión del borrador final del presente informe. Febrero, 2021. Foto: Natalia Quiceno.
Portfolio Item
Integrantes del Comité y sabedores en la sede del Comité durante la reunión de revisión y discusión del texto final del documento “Los muertos de Bojayá son nuestros muertos: exhumar, identificar, enterrar y acompañar en Bojayá, Chocó.” Bellavista Nuevo, 2021. Foto: Natalia Quiceno.


En resumen, el proceso metodológico se organiza desde una perspectiva cualitativa y participativa que reconoce el conocimiento local y se sustenta en el diálogo de saberes e involucra a los integrantes del Comité en cada uno de los pasos del proceso investigativo desde el diseño hasta la escritura. Este carácter dialógico de la metodología permite darle forma, contenido y coherencia conceptual y metodológica al planteamiento del Comité que la investigación y sistematización cuenten desde adentro los aprendizajes y el proceso. Este es un contar que narra, precisa, argumenta, concluye y construye conocimiento desde adentro, con el fin de hacer un aporte y compartir este conocimiento con la población de Bojayá, otros pueblos y territorios que busquen emprender procesos forenses de exhumación, identificación y entierro, instituciones, profesionales y expertos forenses y psicosociales.

Los muertos de Bojayá son nuestros muertos

EXHUMAR, IDENTIFICAR, ENTERRAR Y ACOMPAÑAR EN BOJAYÁ, CHOCÓ

Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá en colaboración con Pilar Riaño (UBC), Natalia Quiceno (Universidad de Antioquia) y Camila Orjuela (Investigadora independiente). Con el apoyo del Instituto Peter Wall de Estudios Avanzados de la Universidad de la Columbia Británica, Canadá y el Colectivo Internacional Memoria Transformativa.

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© Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá, Mayo 2021.